martes, 1 de enero de 2013

Empieza un nuevo año.

¿Sabéis? Me parece de imbéciles los típicos dichos de "año nuevo, vida nueva", o decir el día 1 de enero "llevo un año sin hacer tal, vamos desde ayer".
Sólo es un día más en nuestras vidas, vamos contando día a día, no cambia absolutamente nada del 31 de diciembre al 1 de enero. Mi vida sigue siendo la misma, aquello que me hace daño, que me hace llorar al recordarlo, aquello que me hace sonreír, la gente que está a mi lado, y la que sin estarlo está más presente en mi vida que cualquiera de los que  veo a diario, las costumbres y las manías que tengo, mi forma de ser, no cambian. Así que eso de vida nueva es una absoluta gilipollez.
Tan grande como la gente que no se acuerda de ti en los 365 días que tiene el año pero que el 31 de diciembre, durante la cena te manda un mensaje del estilo "Feliz 2013, que tengas salud, amistad, que seas feliz, que no te falte amor y sobretodo, gracias por estar en mi vida." Vamos no me jodas, ¿de qué van?
Para mi lo único que es útil de fin de año es para analizar el año que se acaba, quedarse con las cosas buenas y pensar en cambiar todo aquello que hicimos mal.
Lo hago, cometo muchos errores a lo largo del día, y ni imagináis cuántos a lo largo del año, intentar cambiarlos es algo necesario, aprender de los errores, pararse a pensar. Así que dejémonos de vidas nuevas y dediquémonos a intentar mejorar la que tenemos, coño.

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